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Yo opino. Tú opinas. Él opina. Nosotros opinamos. Vosotros opináis. Ellos mandan.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Paraguas

+¿Apareció el paraguas?
-No, por aquí no apareció nada.

El hombre se gira y en un castellano alto y claro exclama: 

+ "Cuando encuentre al "granuja" que me robó el paraguas lo voy a denunciar".
- Mejor cómprese uno, tardará menos...
+ No, lo voy a recuperar. Hay que enseñar a la gente a no apropiarse de las cosas de los demás. 

Un paraguas no son 60 millones de euros escondidos tras una reluciente pared de marfil en Zurich, o 3.000 euros en brebajes y elixires varios a golpe de tarjeta negra. No es un paraguas comparable a pasar sobres debajo de la puerta para vivir a todo tren. No es un paraguas una cuestión de Estado en definitiva. O sí. 

Apropiación indebida es ya un mantra para el español.

Es la cuestión de Estado del agraviado. Del hombre enfadado al que el latronicio, sea cual sea su objeto, razón o perpetrador, sigue enervando. Ese hombre, que sigue apelando a la justicia como exterminador del delito y reciclador coercitivo del malhechor. Un bohemio en definitiva.

+Lo llevaré al cuartelillo y le pueden meter 500 euros por apropiación indebida. 

Lo de apropiación indebida es ya para el ciudadano español un mantra, a la altura del "no me consta"o el "respetamos las decisiones judiciales" o "es lo mejor para el pueblo". 

Al caballero en cuestión no le resbalan los amorales procedimientos del que somos testigos diariamente. Para muchos otros, la indignación y sus efectos, van menguando ante el empacho de heces políticas que taponan el desagüe. La indignación ha devenido en insensibilización ante el corrupto y sus hazañas millonarias.

Ahora mismo el Quijote aún persigue el paraguas que le robaron.
Mientras tanto, en otra parte nos seguimos tragando la mierda sin cucharilla, sin anestesia, esperando a que alguien nos convenza de que honradez y política aún pueden conjugarse en la misma frase sin soltar una carcajada.

*Recomendación músical para esta lectura: Regar estas líneas con Matisyahu.

sábado, 22 de marzo de 2014

Adolfo Suárez: o estaba muerto o lo mataron

-¿Quién ha muerto?
-Nadie, nadie, es Suárez que se muere.
-Ah, es que por lo que leo, veo y escucho, parece que ha muerto ya.
-Eso parece...

Parece también que la prensa no es la única culpable del escandaloso tratamiento mediático de la complicada situación del ex presidente Adolfo Suárez

El otro cómplice de que desde el viernes, Suárez retornara al foco mediático fue su hijo, el ex tonadillero y ex político, Adolfo Suárez Illana que manifestaba en una rueda prensa tumultuosa que la vida del padre de la democracia llega a un "desenlace inminente", acotando su lucha a 48 horas. 

Cuesta comprender cómo un hijo convoca a los medios para decir que su padre se muere, que su llama se apaga lenta e irrevocablemente y recuerde, para gusto mediático de los allí presentes, la importancia de su padre, conocida por todos. Material de primera para llenar el día. Marchando.

Más allá del contenido del mensaje. Desafortunado y fuera de lugar, el continente habla mucho de lo absurdo del anuncio. Esta comunicación, ¿no se podría hacer a través de un elegante comunicado?

¿Protagonismo? ¿Herencias de Ducados? ¿Resucitación del político que quiso ser y no fue? 

Portada de La (sin)Razón 22/03/2014

El comunicado, entre otras cosas, hubiera eliminado la cantidad de obituarios (ya preparados), elegías y columnas de opinión recordando lo importante que FUE Suárez, lo que SIGNIFICÓ su valentía, etc. O al menos frenado el tiroteo que evidencia la falta de contenidos de los medios, pese a que los ciudadanos queramos saber de cosas que para ellos no llegan a esa categoría.

La excusa de su pérdida de consciencia no altera que Suárez esté vivo, respire y merezca un tratamiento  como otro ser vivo más, que vive en el ES y en el SIGNIFICA.

Más allá, carnaza.

Carnaza como esperar a las puertas del hospital para "informar" si hay novedades, para buscar el titular que mejor recuerde al (no) desaparecido. Para volver a demostrar que (nuestro) periodismo palidece ante el contenido rápido y prefabricado, sin respeto ni cribas. Carnaza.

Por una vez en mucho tiempo, el único superviviente del dislate funerario que ha rodeado en las últimas horas al primer presidente democrático fue Rajoy (sí, Rajoy) que pidió "serenidad ante el desarrollo de los acontecimientos". Al fin, su falta de acción fue buena para algo.

lunes, 4 de febrero de 2013

Los 'turcos' ya tienen su cabeza


Ver para creer. La Gaceta. El adalid de un gobierno asolado y atrincherado, exceptuando La Razón, apunta directamente al presidente y a su familia. 

En la portada de hoy, a mi juicio histórica, el periódico de Intereconomía firmó el nombre de su futuro candidato: Esperanza Aguirre, alias "la oportuna".

Ella misma anunciaba un retiro pero como sabemos, para los políticos, la política es un suculento manjar con el que a veces hay que tomar distancia. Por si a otro antes le sale mal el plato.

Así pues, Rajoy se presenta ante el primer reto político de verdad de su carrera. Bueno y de su vida. Se encargó de recordar al más puro estilo Blade Runner, con pantalla de por medio, que él a los 23 años era ya registrador de la propiedad y que si era por dinero a él no le hubiéramos visto la barba.

Por otro frente dicen los reyes de la "TDT Party" que nuestro Presidente es de vuelos de bajo coste, más bien de cero coste, a lo Ryanair pero con clase.

El "difama que algo queda" de Sartre se difumina ante tal amalgama de mentiras e intereses creados por cada bando, que confluye en un espectáculo democrático de los más execrable.





Con La Gaceta poniéndose la chaqueta de pana para luego pasar a la parda, la impresión es sencillamente reveladora: Rajoy es su 'cabeza de turco'. Ya está decidido. A partir de ahora presenciaremos a un mal presidente al que sus asesores se han encargado de debilitarle subrayando sus defectos, sin noticias de los ejemplos que un político debe transmitir a la sociedad española, que en mayoría absoluta lo aupó a Moncloa.


El problema de los medios es mucho más profundo aún. No podemos más que sentir que el periodismo en España es complicado de sostener sin una política infectada por la avaricia. De todos. 
Por tanto la sensación te deja frío, postrado ante tu ordenador expectante a que el día nos sacuda con una nueva cabeza más que derrama nuestros inmensos defectos porque al mirar en perspectiva todos tenemos, en menor medida y dividendos obtenidos, algunos de los pequeños defectos que nuestra burguesía política acomete impunemente y con plasmas de por medio.

El escándalo es la norma. Robar no es malo, solo necesario. El ejercicio de un gran poder implica un gran escarnio. Si se lee a los políticos, sus ejemplos solo transmiten eso. Y los medios, en vez de filtradores y jueces de opinión, nos trasladan el olor de las tuberías de las que ellos salen beneficiados según sea el 'turco'. 
Menos mal que el jardín nacen y crecen flores que desean desde un principio anteponer periodismo a empresa periodística. La esperanza.

domingo, 20 de enero de 2013

Elementos sí, políticos no

El pasado. Cuando tanto acudimos al pasado es que el presente no pinta bien y para el futuro puede que no haya ni pintura. El pasado tiene muchas historias que ahora nos suenan a leyendas urbanas, o a casos muy particulares que son la excepción de una regla más que extendida: enriquecerse del dinero de todos.

Sí, ha acertado. Vamos a hablar de políticos, que no de política. Eso se hacía en el pasado.
En ese pasado, esos políticos que vieron en la democracia la oportunidad de cambiar las cosas se costeaban sus propias campañas. Nada de financiación ilegal de la Unión Europea (CIU), nada de SOBREsueldos en la calle Génova ni vergüenzas públicas similares para las que necesitaría toda esta entrada y muy buena memoria para contarlas.

Conocido el último caso, el ya titulado "Bárcenas Gate" esos políticos del pasado vuelven a mi como aquel aire fresco que se estanca entre tanto político actual lleno de codicia y malas artes.

A esos políticos del pasado les importaba la gente. Para ellos no existía la figura del pluriempleado. Tenían su propio trabajo y la política era su vocación. Su manera de decirle al mundo que su intención era cambiar las cosas o al menos, no quedarse parados.


Luis Bárcenas, profesión: elemento Foto:elconfidencial.com

Las mujeres de esos políticos veían como sus maridos dejaban su tiempo y su dinero en proyectos humanistas que nada tenían que ver con destinar "recursos" a Suiza o EEUU, aprovecharse de la militancia para cuestiones legales o privatizar o desprivatizar instituciones según la ocasión o necesidad del particular, que no del interés general.

Desgraciadamente, de esa clase política pocos quedan ya. Unos porque fallecieron, otros porque sus propios compañeros eliminaron su vocación y les enseñaron que en la política solo hay un camino: lo ilícito. 

Las "ovejas negras" ven ahora en los rostros de las primeras espadas que salen en las ruedas de prensa sin preguntas a aquellos para los que la política es un mero trabajo. Bien hecho o no, su cuenta corriente aumenta, su notoriedad se dispara, su ego se acrecienta, sus escrúpulos desaparecen. 

Más allá de la destrucción masiva de la credibilidad de aquellas "ovejas negras" que en la actualidad sí que luchan por cambiar lo que siempre pensaron que la política podía hacer, el ejemplo para las generaciones de políticos venideras es claro e inequívoco: "si no metes la mano, te cierran la boca".

Pienso en esos jóvenes que se levantan de su sofá con la necesidad acuciante de actuar, de buscar una solución con un país que tiene más goteras (mentales) que el Titanic y se encuentran en la política un territorio más que vedado. Un campo de minas lleno de gomina, relojes de lujo, Ipads, coches oficiales, pulseras de España y cuentas en Suiza.



Duran i Lleida, profesión: elemento Foto:elconfidencial.com 

Y en éstas está España. Con una clase política que ha vejado su denominación. Con partidos como el PSOE que cuando se queja del PP no admite preguntas, por si acaso saliera algo de ellos claro.
Con un presidente del gobierno que hizo historia al sacarse la oposición de registrador de la propiedad con 23 años y sigue haciendo historia viendo pasar sobres por sus despachos creyendo que eran felicitaciones postales con chocolates suizos en la portada y remite de un tal Bárcenas.

Por tanto, propongo que cuando esta calaña de abusadores de España salgan a cualquier medio no se les trate de políticos sino de "elementos" y que dejen hacer su trabajo a los que realmente quieren hacer política y cambiar una situación enquistada en un viciado partidismo. 

¿Política ahora? No, lo siento, no me consta.


miércoles, 1 de agosto de 2012

Una revisión del kharma


Hace tiempo llevo dándole vueltas a eso del kharma. Ese concepto tan de moda para justificar las malas acciones y cimentar las buenas con un claro sentido de supervivencia "kharmil". A menudo mencionamos ese concepto, de origen exótico, para justificar eso que un "machacón" cantante decía: "acción, reacción, repercusión". El principio de causalidad dicen otros. No entrando en terreno de expertos, y confesándome antiguo seguidor de los kharma boys&girls ya no creo definitivamente en ello.
Cada día a nuestro lado, aparecen prototipos que en su ya nada aparente postura se portan mal y la vida los premia. Si, obviemos todos nuestros inútiles prejuicios para hacer una o varias imágenes mentales de los sujetos expuestos anteriormente. Los hay y muchos. Más allá de eso, que es tan respetable como envidiable como injusto, me gustaría redefinir el concepto en pro de un mejor uso.





Si de verdad el kharma actuará o al menos el concepto fuera acuñado desde un perfil justo, es lo mínimo que tal extraño vocablo se merece, deberíamos recibir o infringir el efecto de nuestras acciones directamente. Me explico con un ejemplo muy corriente un sábado por la noche:

"Lugar atestado, música alta. El calor es penetrante y todos optan por dejar sus chaquetas/sudaderas/lo que sea hurtable, en un lugar "cercano" a su posición. El alcohol y la emoción del momento harán que ese cercano se vuelva lejano y que a otro, menos emocionado, lo lejano y ajeno se convierta en "cercano y propio.

Si el ejecutante tiene principios "kharmianos" debería saber tras esa acción que ha desencadenado el poder de actuación de la palabrita y que, si por cuestiones de la vida, pierde algo se lo deberá al kharma.
Así pues, creo que en mi revisión del concepto, solo se debería aplicar tal palabra cuando los efectos perpetrados/sufridos sean realizados por los autores. Eso sería justo. Eso tendría sentido. Supongo que hay muchas disensiones respecto a las líneas anteriores. Un buen ejemplo puede ser Bankia y en general todos los bancos relacionados con el kharma ¿si hubiéramos reprimido TODOS nuestros instintos por no robar el boligráfo atado a la cuerda ahora no tendríamos que rescatar a un banco?

Otro ejemplo que ahora viene a mi mente es cuando en un alarde de generosidad social uno sale a la calle a protestar por una reforma gubernamental por ejemplo. Sales a la calle de una capital, a luchar por aquello que crees que es justo y a cambio de tu pacífica y legal declaración de libertad, un policía te agrede sin mediar palabra o con palabras muy feas. ¿No sería propio del kharma que ese policía, al que también le están recortando, atacará al ejecutor de esas medidas y no a un conciudadano que está padeciendo semejantes injusticias que él?

El ejemplo que culmina esta teoría acaba o empieza en nuestro actual Gobierno. Ellos, justifican las medidas actuales (recortes y demás barrabasadas varias) como la consecuencia lógica de los excesos y tropelías cometidas en el pasado. Aquí el kharma se queda a gusto: fallan los anteriores coleguitas que mandaban y...¿quién lo paga? Pues el pueblo, no los coleguitas que además de no tener castigo por su tachable y olvidable gestión retozan remolones en sus sillones de cuero en el Congreso o en casas multimillonarias pagadas con el talante y el aguante de los ejecutados por el kharma.
¿No sería kharma que quien por los que ahora pagamos los errores tuvieran un castigo?
Señores, cuando hablen de kharma recuerden que esa palabra lleva muchos años siendo mal utilizada, y que requiere, a opinión de un firmante de estas letras, una severa corrección.

martes, 31 de julio de 2012

Encuentros en la cuarta fase de La Milana Bonita

Nada parece fácil en estos días. Ha cundido el mensaje del "sálvese quien pueda" y la duda se ha inoculado en una sociedad empeñada en renegociar nuestro concepto de felicidad. Vaya por delante que nosotros lo tenemos claro. Llegamos a la cuarta fase de La Milana con una maleta llena de recuerdos, con un sistema cultural del que formamos parte en el que el libro es el botín y los asistentes al festín son fieles amigos. Nuestro único capital es humano y seguimos apostando por él. Seguimos apostando por la gratuidad de la cultura, sin acciones pignoradas, sin mentiras y con algún que otro secreto inofensivo destinado a arrancar una sonrisa.


En estos tiempos la cultura ha dejado de ser mediática. Se ha perdido el norte generalizado y caminamos entre aguas pantanosas solo sustentados por nuestro ilusión y la que nos rodea.
Abordamos una cuarta temporada con el ajuar lleno de libros y con la más que repetida razón de pasar un buen rato con los libros como excusa y motor.
Así pues y con el programa cociéndose, siempre a fuego lento y con mucho cariño, deseaba enviar una palabra a todos aquellos que hacen que estas líneas vuelen tan rápidas como la milana de Azarías: GRACIAS.
Resulta complicado saber lo que el futuro dictará, pero lo que es sencillo determinar es el pasado de un espacio cultural que por ahora tiene muchas ganar de seguir surcando el precioso invento que es la radio.
Todo llega, todo marcha, todo vendrá. 
http://www.lamilanabonita.com/

viernes, 20 de julio de 2012

Un aniversario de ocultismo y mentiras


Nadie sabe nada. España vive una de sus etapas más ocultistas de la historia de la democracia. Como la fabulosa obra de Michael Ende, Momo, nos han invadido los "los hombres grises" y ya ni se molestan en disimularlo. Personajes como Cospedal o Montoro se presentan ante los españoles sin recatar sus palabras, sin suavizar sus recortes abrasivos y con un canto de sirena claro y machacón; este esfuerzo merece la pena.
El lado popular, más allá de ser accionados para aplaudir a su líder o lanzar barrabasadas varias desde su escaño, se lanza un mensaje cimentado en la "humildad".

Esa misma humildad que califica de demagogo exigir más dinero a las grandes fortunas mientras que por otro lado establece por decreto de mayoría absoluta, la privatización de la vida española.

Los del Génova han emprendido una cruzada en la que la educación  o la sanidad son derechos prescindibles, privatizables y además no son nada rentables.


Ese ocultismo y mutismo encubridor del gobierno y la clase política cincundante, de cualquier color y con Ipad, también ignoraron otro de los grandes dramas de esta crisis, Bankia.

Hace un año, el mastodonte financiero salía a bolsa con los mejores presagios, un eslogan con un discutible efecto persuasor ("Queremos ser banqueros") y con los mejores presagios. Ahora solo queda el humo de la destrucción y la reconstrucción del coloso por una ciudadanía española colapsada y encargada de pagar sueldos estratosféricos vitalicios para los jefes del cotarro.

En medio de este zoo económico se encuentran miles de accionistas atrapados tras la devaluación progresiva de sus acciones y con la reticencia a vender sus participaciones por valores irrisorios.

¿Hubieran invertido 347.000 accionistas en Bankia conociendo la existencia de un agujero estimado en 19.000 millones de euros?

Ocultismo y mentiras, así es nuestra amada España... Menos mal que llegan ya los JJ.OO y al menos estaremos distraidos con las equipaciones y los mejores propagandistas del gobierno popular: los deportistas.

Humor gráfico: Mike Bonales