¿Qué es TÚ Agenda Setting?

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jueves, 22 de diciembre de 2011

Arcadi Espada, el producto perfecto (bis)

Concluímos el pasado relato 'arcadiano' con la patente del subproducto periodístico que Arcadi Espada mostró el pasado 15 de diciembre.
Ese subproducto de Espada es la arrogancia y jactancia y este segundo relato (si merece esa consideración) es una exposición de esos valores que, modestamente, un servidor nunca asoció al mundo periodístico.
Cuando el moderador dio el turno de palabra a los asistentes, pareció una batalla épica en la que los arqueros lanzan al cielo miles de flechas en busca de su enemigo. Espada es como William Wallace, siempre dice la última palabra, y a diferencia del escocés, él salió con su descomunal ego sin un rasguño de la contienda dialéctica que allí acaeció.
En una larga intervención de una asistente, que en este texto mencionaremos como “la indignada”, Arcadi sobrepasó su marca registrada y empleó una táctica vieja, dudosamente ética pero ciertamente efectiva: sacar a su oponente de la lona aludiendo a defectos de forma y no de fondo, desviándose de la pregunta como siempre hace un Arcadi que ha debido visitar mucho Úbeda. Algo similar fue lo que intentó Rubalcaba en el debate con Rajoy pero con un fútil e insidioso resultado en ese caso, como comentaron los expertos en comunicación política.
Tras escuchar, verbo que requiere más atención del que Espada puede conceder a alguien a un nivel intelectual no equiparable al suyo, a “la indignada”, respondió así al término de la larga intervención de la citada: “Disculpe, entre sus balbuceos, he logrado entender algo del 15M y del 11M...
“La indignada”, como ella misma se autodenominó, cayó en la trampa de Espada y abandonó sulfurada el auditorio. Arcadi, siempre eficaz en su discurso, pidió al moderador que ejerciera su papel y se revolvió plácidamente en su sillón divino. Había vuelto a ganar.
Lo certificó aludiendo a que, las opiniones de los allí presentes no eran “suyas”. Con esa actitud tan de Espada de desairar todo aquello que no salga de su pluma bendecida por Larra finalizó su pequeño “teatrillo retórico”.
Se levantó y oteó el mar de cadáveres opinativos provocado por su lenguaraz carácter.
Cuando el telón se corrió y las luces se apagaron, Arcadi proseguía con su escenificación pero más taimado, menos arrogante, más pegado al suelo. Pero la misma arrogancia hizo que la estrella volviera sola, en preferente a Madrid, antes de tiempo (como se van las grandes figuras) y con la sensación de credibilidad en su artificio histriónico-periodístico.
 Como un servidor vive pegado a la realidad y aún le quedan cosas que contar de esa estrella llamada Arcadi, les propongo que sean ustedes los que decidan si hago un epílogo-resumen de lo que fue conocer al señor Espada y lo que implica para los que somos noveles, ejemplos como el de Espada. Si deciden que aquí acaba el relato del periodista catalán, cogeré mi libro y me iré con la espada bien alta...digo cabeza.      





lunes, 19 de diciembre de 2011

Arcadi Espada, el producto perfecto



El perfecto caballero, el perfecto bohemio, el perfecto indiferente, el perfecto escritor prendado de sí mismo. Arcadi atacó duramente y se defendió con suma facilidad. Se fue con el halo de estrella con el que vino aún más reforzado y con su producto de estrella periodística contra el mundo más estigmatizado. Así conocí a Arcadi Espada.

Fue el jueves día 15 de diciembre.
Arcadi Espada era ponente de unas Jornadas de Periodismo Cultural que organizó el Colegio Mayor Peñafiel de Valladolid.
Arcadi era la última espada para unas jornadas que discurrían plácidas.
Espada acudía a la cita tras su último y polémico artículo de El Depilado y sus famosos papagayos.

El periodista catalán llegó antes que el maestro Julio Ruiz, Disco Grande-Radio 3, llenara de color musical y experiencia radiofónica, un salón de actos relajado, cómplice, esperando al huracán Espada.

Se presentó con traje, larga bufanda que le caía por los hombros, libro en la mano y aires de un periodista que da la impresión de jugar en otra liga, de estar a otro nivel, de mirar al resto de compañeros periodistas desde un púlpito a la vera de Larra o Luca de Tena. Así concibe Arcadi Espada a Arcadi Espada.

El director del Instituto Ibercrea, apoyado por la SGAE, fue presentado y ni miró a su moderador. Comenzó con un discurso ubérrimo, desbordante de cultura y sin la posibilidad de que la duda se colara en una estructura retórica que encumbra a Espada como un magnate de la palabra.
Empezó sus ataques para preparar un espectáculo en el que él siempre alza la mano el último con los dos dedos de la victoria.

Atacó el periodismo ciudadano, (nos atacó) tildándolo de majadería, e incendió el salón de actos criticando uno de sus temas fetiches: el movimiento 15M.

Llenó de gasolina la sala apelando a que el 15M era una construcción mediática que solo poseía interés cuando El Mundo y El País decidían que lo tuviera.
En otra intervención, Arcadi sacó su afilada espada y comentó que "unos jóvenes reunidos en una cafetería solo pueden hablar de majaderías". El ambiente se caldeó. Entonces llegó el subproducto espadiano:arrogancia y jactancia como arma defensiva.

En el siguiente capítulo seguiremos analizando a un producto perfecto, con retórica perfecta que no dejó indiferente a nadie.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Subiendo el telón

Bienvenidos/Bienvenidas.

Aquí nace TU Agenda Setting, un rincón para todos aquellos que buscan noticias de las que nadie se acuerda, dramas invisibles y alegrías tapadas. Cuestiones internacionales que nos incumben a todos y cuestiones locales que afectan a otros.
Aquí se tocan temas importantes y no se toca a nadie, solo se cita a los implicados en los temas de dominio público y siempre habiendo verificado los datos como dicen los periodistas. Yo aún no lo soy pero lo intento.