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viernes, 6 de enero de 2012

El abrazo hueco de ETA

Sí. Víctimas. Así se consideran los terroristas o eso es al menos lo que el diario DEIA ha transmitido a través su edición digital. La publicación vasca ha podido acceder a EKIA, la revista interna para los presos de ETA, en la que la banda realiza una serie de aseveraciones que continuan siendo preocupantes pese a que en el 2011 cerraron el 'chiringo 'del terror de forma definitiva, o eso dijeron.

Las 'víctimas', como ellos se han autodenominado, creen que no deben pedir perdón a los 829 cadáveres que han dejado en el camino en una lucha ideológica que perdió el matiz de ideología en el momento en el que las armas hablan.

ETA en el texto que DEIA sitúa en octubre, reniega del perdón y todos sus derivados.
En este panfleto, los terroristas aluden a ese no arrepentimiento como "la posición necesaria a mantener en la cárcel".

La banda no cesa en su ejercicio de hipocresía desalmada que no desarmada recuerdo, y carga contra el Estado y su responsabilidad de pagar los daños que éste ha producido.

Los asesinos, recién bautizados como los veladores de los derechos penitenciarios, consideran que el Estado ha convertido a las víctimas en "sherpas de la represión". Curioso, cuanto menos...

Esta exposición de palabras sin voz ni voto de los terroristas me trae el recuerdo de lo que se vivió en Twitter, el microblogging por excelencia y en alza en España, cuando los salvajes decidieron 'abandonar' las armas. Recuerdo en esa miscelánea de opiniones, dogmas y vacuidades, muchas, que unos tantos defendían el 'valiente' acto de ETA de abandonar las armas. "Un anuncio de fin de la lucha armada es para alegrarse, antes solo eran treguas", "Es el mayor paso de la historia. Se acabó ETA". Tras leer aquello, un servidor minimamente se sonroja. Estos tweets son reales, de ciudadanos que creen a ETA, les conceden veracidad a algo/alguien que nunca ha pedido perdón, que sigue enalteciendo a sus caídos (como dijo en su comunicado de supuesto fin) y que engaña sistematicamente como ha hecho en EKIA. Yo, al menos, no creo nada de lo que salga de un ser que ha llorado despidiendo a amigos asesinos y ni ha pestañeado cuando tenía enfrente a una madre, a un padre, a una esposa o a un hijo de una persona a la que han arrancado la vida sin preaviso, de forma cobarde e injustificada. Ese es el verdadero sello de ETA y su único fin, como diría el Rey de España y de Urdangarín, es que todos debemos ser juzgados por igual. Los asesinos a la cárcel y tolerancia 0 para quien no se la ganó nunca.