¿Qué es TÚ Agenda Setting?

Yo opino. Tú opinas. Él opina. Nosotros opinamos. Vosotros opináis. Ellos mandan.
Mostrando entradas con la etiqueta situación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta situación. Mostrar todas las entradas

miércoles, 1 de agosto de 2012

Una revisión del kharma


Hace tiempo llevo dándole vueltas a eso del kharma. Ese concepto tan de moda para justificar las malas acciones y cimentar las buenas con un claro sentido de supervivencia "kharmil". A menudo mencionamos ese concepto, de origen exótico, para justificar eso que un "machacón" cantante decía: "acción, reacción, repercusión". El principio de causalidad dicen otros. No entrando en terreno de expertos, y confesándome antiguo seguidor de los kharma boys&girls ya no creo definitivamente en ello.
Cada día a nuestro lado, aparecen prototipos que en su ya nada aparente postura se portan mal y la vida los premia. Si, obviemos todos nuestros inútiles prejuicios para hacer una o varias imágenes mentales de los sujetos expuestos anteriormente. Los hay y muchos. Más allá de eso, que es tan respetable como envidiable como injusto, me gustaría redefinir el concepto en pro de un mejor uso.





Si de verdad el kharma actuará o al menos el concepto fuera acuñado desde un perfil justo, es lo mínimo que tal extraño vocablo se merece, deberíamos recibir o infringir el efecto de nuestras acciones directamente. Me explico con un ejemplo muy corriente un sábado por la noche:

"Lugar atestado, música alta. El calor es penetrante y todos optan por dejar sus chaquetas/sudaderas/lo que sea hurtable, en un lugar "cercano" a su posición. El alcohol y la emoción del momento harán que ese cercano se vuelva lejano y que a otro, menos emocionado, lo lejano y ajeno se convierta en "cercano y propio.

Si el ejecutante tiene principios "kharmianos" debería saber tras esa acción que ha desencadenado el poder de actuación de la palabrita y que, si por cuestiones de la vida, pierde algo se lo deberá al kharma.
Así pues, creo que en mi revisión del concepto, solo se debería aplicar tal palabra cuando los efectos perpetrados/sufridos sean realizados por los autores. Eso sería justo. Eso tendría sentido. Supongo que hay muchas disensiones respecto a las líneas anteriores. Un buen ejemplo puede ser Bankia y en general todos los bancos relacionados con el kharma ¿si hubiéramos reprimido TODOS nuestros instintos por no robar el boligráfo atado a la cuerda ahora no tendríamos que rescatar a un banco?

Otro ejemplo que ahora viene a mi mente es cuando en un alarde de generosidad social uno sale a la calle a protestar por una reforma gubernamental por ejemplo. Sales a la calle de una capital, a luchar por aquello que crees que es justo y a cambio de tu pacífica y legal declaración de libertad, un policía te agrede sin mediar palabra o con palabras muy feas. ¿No sería propio del kharma que ese policía, al que también le están recortando, atacará al ejecutor de esas medidas y no a un conciudadano que está padeciendo semejantes injusticias que él?

El ejemplo que culmina esta teoría acaba o empieza en nuestro actual Gobierno. Ellos, justifican las medidas actuales (recortes y demás barrabasadas varias) como la consecuencia lógica de los excesos y tropelías cometidas en el pasado. Aquí el kharma se queda a gusto: fallan los anteriores coleguitas que mandaban y...¿quién lo paga? Pues el pueblo, no los coleguitas que además de no tener castigo por su tachable y olvidable gestión retozan remolones en sus sillones de cuero en el Congreso o en casas multimillonarias pagadas con el talante y el aguante de los ejecutados por el kharma.
¿No sería kharma que quien por los que ahora pagamos los errores tuvieran un castigo?
Señores, cuando hablen de kharma recuerden que esa palabra lleva muchos años siendo mal utilizada, y que requiere, a opinión de un firmante de estas letras, una severa corrección.

sábado, 25 de febrero de 2012

El sino perdido de España

"El Estado, cuyo deber es evitar que se produzcan manipulaciones y tergiversaciones que confundan al ciudadano, se ha convertido en el gran manipulador y en un perverso generador de confusión masiva"

No lo digo yo, lo expone lúcidamente en su libro 'Periodistas sometidos: los perros del poder', la eminencia del periodismo español Francisco Rubiales.
Repasando su más que instructivo y edificante libro sobre lo que debería ser el periodismo y viendo un telediario de forma paralela, es lógico que se confunda, como dice Rubiales en el texto introductorio, a una población que ya no sabe donde poner la oreja para no ver que la clase política es un rebaño complicado en el que el honrado es desechado y apartado.
Miramos a Valencia y volvemos a comprobar que Papá Estado lanza a sus perros a la calle para silenciar uno de los regalos envenenados que nos concedió la democracia: la libertad de expresión y manifestación.

Es un regalo envenenado porque en este país disentir se está convirtiendo en un incordio y la policia, al más puro estilo Orwell y sus reclutas del pensamiento, penalizan la preconpección de los actos, abusan de su autoridad respaldados por una presunción de veracidad que se convierte en culpa cuando el ciudadano denuncia a las fuerzas del desoden establecido.


España se rompe, y no lo digo por el territorial sentido de la expresión, sino más bien la gente, los españoles se dan cuenta que aquel poder que concedieron es un bumerán cargado de terror que bombardea un país en pleno derrumbe de valores.

Nadie es capaz de desmentir que nuestro destino, siempre atado a la ineptitud de los gobernantes, se va viendo coartado y limitado por palabras que ni creamos ni fomentamos: crisis. Esa abobinable y mediática palabra es la consecuencia lógica al despilfarro de un país que dio manga ancha a sus políticos y valores cuando el dinero entraba por la puerta. Ahora que la pasta salió escopeteada por la ventana, nos damos cuentas de las ruinas que dejó la falsa opulencia de España.

Persiste la trampa de crear continuos amagos de noticias, vulgares cortinas de humo (Guiñoles y demás sandeces propias de un páis acomplejado) para olvidar que los que están en las escuelas y colegios succionan el aire putrefacto de este paraíso de ruinas, de este oasis seco, y crecerán creyendo que España cayó en desgracia porque no supimos plantar cara a una escena donde el miedo oficialista atenazaba nuestros valores, principios y sobre todo bolsillo.

Saldremos de la dichosa palabra esa, ganaremos Eurovisión, callaremos a los franceses pero seguiremos arrastrando esa duda y deuda indeleble del futuro que traspasamos a nuestros descendientes. Nos creíamos más listos, más fuertes, más preparados pero volvimos a pasar por la vida como una maleta cargada de reproches, buenas intenciones y criticas a la vera de una caña bien fresquita. Eso que nunca falte...mientras tanto el futuro nos avisa que la herencia de malos ejemplos, corruptos y demás malhechores de un país turbado, sean los ejemplos de los que hoy preguntan: -Papá, papá, ¿los políticos son esa gente que nos roba y encima nos sonrie...? -Papá guarda silencio..., está en paro, es español, vive en España.