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viernes, 20 de julio de 2012

Un aniversario de ocultismo y mentiras


Nadie sabe nada. España vive una de sus etapas más ocultistas de la historia de la democracia. Como la fabulosa obra de Michael Ende, Momo, nos han invadido los "los hombres grises" y ya ni se molestan en disimularlo. Personajes como Cospedal o Montoro se presentan ante los españoles sin recatar sus palabras, sin suavizar sus recortes abrasivos y con un canto de sirena claro y machacón; este esfuerzo merece la pena.
El lado popular, más allá de ser accionados para aplaudir a su líder o lanzar barrabasadas varias desde su escaño, se lanza un mensaje cimentado en la "humildad".

Esa misma humildad que califica de demagogo exigir más dinero a las grandes fortunas mientras que por otro lado establece por decreto de mayoría absoluta, la privatización de la vida española.

Los del Génova han emprendido una cruzada en la que la educación  o la sanidad son derechos prescindibles, privatizables y además no son nada rentables.


Ese ocultismo y mutismo encubridor del gobierno y la clase política cincundante, de cualquier color y con Ipad, también ignoraron otro de los grandes dramas de esta crisis, Bankia.

Hace un año, el mastodonte financiero salía a bolsa con los mejores presagios, un eslogan con un discutible efecto persuasor ("Queremos ser banqueros") y con los mejores presagios. Ahora solo queda el humo de la destrucción y la reconstrucción del coloso por una ciudadanía española colapsada y encargada de pagar sueldos estratosféricos vitalicios para los jefes del cotarro.

En medio de este zoo económico se encuentran miles de accionistas atrapados tras la devaluación progresiva de sus acciones y con la reticencia a vender sus participaciones por valores irrisorios.

¿Hubieran invertido 347.000 accionistas en Bankia conociendo la existencia de un agujero estimado en 19.000 millones de euros?

Ocultismo y mentiras, así es nuestra amada España... Menos mal que llegan ya los JJ.OO y al menos estaremos distraidos con las equipaciones y los mejores propagandistas del gobierno popular: los deportistas.

Humor gráfico: Mike Bonales

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